20, mayo, 2025
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Corrientes

Una manifestación que crece en convocatoria

Con entusiasmo desbordante y fervorsa devoción, se realizó la 3° Peregrinación Diocesana desde El Atajo Isoquí hasta la localidad de La Cruz, donde se venera a Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, cuya imagen histórica se encuentra en el templo parroquial, de la que muy pocos saben, fue tallada en madera por los propios aborígenes guaraníes de las Misiones Jesuíticas, tras un acontecimiento gravitante para la región de la tierra colorada, como lo fue la batalla de Mobororé en 1641.
«Cada peregrinación es una oportunidad para despertar la fe y renovar la esperanza en el camino de la juventud», remarcaron los organizadores de la manifestación.
En el marco del Año del Jubileo Peregrinos de la Esperanza, en adhesión al día dedicado a los jóvenes, el sábado 17 de mayo, la Diócesis de Santo Tomé vivió su tercera Peregrinación a la localidad de La Cruz, donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, caminata que en esta ocasión tuvo el lema «María nos guía, la esperanza nos une», se informó en el Facebook de la Catedral santotomeña.
Desde temprano se congregaron en la entrada del paraje Isoquí para caminar como familia, hacia «la casa de María».
Cada año aumenta el número de los peregrinos que llegan desde las distintas comunidades de la jurisdicción diocesana, que abarca todo el Norte y Este de la provincia de Corrientes. Adultos, abuelos, niños y bebés junto con sus padres, jóvenes y adolescentes, seminaristas, consagradas y sacerdotes se sumaron a esta propuesta de la Pastoral Juvenil, encargada de la organización.
La actividad contó con la participación de tres jóvenes artistas invitados, el rapero Andrés Castellanos; Braian el legendario, y el gestor cultural y músico, Cayo Fernández, quienes animaron durante la jornada.
La Misa frente al templo parroquial fue presidida por monseñor Gustavo Montini, quien destacó de la lectura del Evangelio la figura de Felipe pidiéndole a Jesús «muéstranos al Padre», que se traduce como un «muéstranos el camino, por dónde debemos ir, muéstranos aquello que nos hace felices», especialmente en los momentos de dificultad e incertidumbre, manifestó el Obispo. Además hizo hincapié en la imagen de la Virgen de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, resaltando su mirada dirigida al Cielo, como símbolo de donde habita Dios; y sus manos, significando la actitud de servicio, de «dar una mano, amando al hermano. Amar a Dios y al hermano», subrayó.
MANIFIESTO

Al final de la Misa se leyó un Manifiesto Diocesano de los Jóvenes y luego se compartió un almuerzo a la canasta, con la animación de los artistas invitados, de la Renovación Carismática Católica y la presentación de artistas locales.
En el Manifiesto, de contundentes expresiones y dignas de releerlas como hoja de ruta de vida, entre otras afirmaciones, destacan:
«Somos jóvenes de distintas comunidades de la Diócesis de Santo Tomé, hijos de esta tierra bendecida por el legado de los pueblos originarios y de los misioneros jesuitas. Caminamos sobre territorios santos, tejidos de historia, de evangelización, de cultura y de resistencia. Nos reconocemos herederos de esta riqueza que nos inspira a seguir construyendo con esperanza.
Hoy, celebramos el Jubileo de los Jóvenes: es nuestro día. En este Año Jubilar de la Esperanza, queremos expresar con fuerza que la juventud está viva, que la fe camina, que la Iglesia sigue teniendo futuro porque nosotros estamos aquí. Venimos con sed de Dios, con preguntas sinceras y con el deseo de ser parte…». Y señalan: «Queremos ser parte del presente de la Iglesia, no solo del futuro».

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