3, mayo, 2025
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Corrientes

Un pastor fue condenado por pedirle fotos sin corpiño a una adolescente.

Un pastor de Paso de los Libres fue condenado por grooming tras pedirle fotos sin corpiño a una adolescente de 16 años de su iglesia. La justicia impuso prisión en suspenso y medidas restrictivas para proteger a la víctima.

Un pastor evangélico de 44 años fue condenado en Paso de los Libres, Corrientes, a dos años de prisión en suspenso y a cumplir reglas de conducta tras ser hallado culpable de grooming contra una adolescente de 16 años, miembro de su iglesia.

Sergio René Blanco, quien coordinaba el grupo de jóvenes en la iglesia donde también su esposa dirigía el grupo de niños, fue acusado de enviar mensajes de contenido sexual a la menor, pedirle fotos sin corpiño y enviarle imágenes de su propio cuerpo. El contacto inicial se dio a través del grupo juvenil, y la comunicación comenzó cuando la esposa del pastor viajaba a la capital provincial.

La denuncia fue presentada por la madre de la víctima, quien notó cambios preocupantes en el comportamiento de su hija, como insomnio y conductas autolesivas, luego de que Blanco le pidiera que lo visitara en su trabajo o en su casa. La hermana de la adolescente también aportó información clave, relatando que la joven le confesó que el pastor la veía “con otros ojos” y le solicitaba fotos sin corpiño, lo que la llevó a instarla a contar todo a su padre.

Durante el proceso judicial, la fiscal Daniela Di Tomaso destacó que el grooming es una manipulación psicológica sutil y prolongada, destinada a crear un vínculo emocional para reducir las inhibiciones de la víctima. El impacto psicológico en la adolescente fue profundo, manifestado en episodios de llanto y declaraciones de miedo y asco, incluso pensamientos suicidas.

El juez Daniel Leonardo Insaurralde homologó el acuerdo de juicio abreviado, que además incluyó medidas restrictivas para el condenado: deberá fijar domicilio, abstenerse de acercarse a menos de 80 metros de la víctima o de los lugares que esta frecuenta, costear el tratamiento psicológico de la joven y someterse él mismo a terapia y grupos de apoyo.

La fiscalía calificó el delito como grooming en contexto de violencia de género, tanto psicológica como sexual, bajo la modalidad de violencia doméstica. La investigación y condena fueron posibles gracias al análisis de los teléfonos celulares y los testimonios recabados, incluyendo la Cámara Gesell y el asesoramiento del Ministerio Público Tutelar.

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