Con cuatro alzas y dos bajas en solo dos semanas, el sistema de “micropricing” implementado por la petrolera estatal en sus expendedoras locales está “mareando” a los clientes. Los surtidores de otras compañías tratan de seguir los importes de YPF para no perder competitividad.
En lo transcurrido de agosto, las pizarras de las estaciones locales de YPF tuvieron un comportamiento fuera de lo habitual. Hasta anoche, los surtidores que comercializan esos productos en la ciudad tuvieron seis modificaciones de precios (la mayoría con tendencia alcista y un par a la baja, de tipo reacomodamiento).
Más allá de que esto sea desconcertante para los conductores, estas modificaciones atienden al sistema de “micropricing” que la petrolera de bandera implementó a partir de este mes. Se trata de una estrategia de fijación de precios dinámica para ajustar los precios del combustible en función de variables locales muy específicas. A diferencia del esquema tradicional en el que los precios se modificaban de manera uniforme.
Por ello, y tomando a la nafta Súper como “botón de muestra” local, se puede observar el comportamiento del importe del producto más vendido del mercado. El 1 de agosto, ese hidrocarburo pasó aquí de 1.333 a 1.353 pesos (se encareció 20 pesos). El 7 de agosto, subió 9 pesos más y quedó en 1.362 pesos. El domingo pasado, la Súper tuvo una retracción de dos pesos y bajó entonces a 1.360 pesos. El martes tomó un nuevo envión y tuvo una remarca de 17 pesos, quedando en 1.377 pesos. El miércoles volvió a retroceder dos pesos (1.375) pero solo para tomar impulso y al día siguiente establecerse en 1.395 pesos (subió 20 pesos).
Al pasar a limpio esas variaciones, se puede afirmar que en la primera quincena de agosto, la Súper de YPF tuvo una inflación del 4,6% (+62 pesos).
Impacto en el mercado del Taragüí
A fin de conocer cómo impacta esta medida en el mercado local, época dialogó con Carlos Gold, titular de la Cámara de Estaciones de Servicio de Corrientes (CESCOR). El referente manifestó que los constantes movimientos en las pizarras de las expendedoras de YPF en el Taragüí obedecen a la política de “micropricing” que implementó la compañía de bandera.
“En teoría monitorean todas las estaciones y varían los precios acorde a la demanda y a la competencia. A mi criterio, solo ellos lo entienden. Hoy el cliente está perdido, cargar por precio ya no te garantiza ir a una determinada estación”, reflexionó Gold.
Al profundizar en su análisis, el también integrante de la Confederación Argentina de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), añadió: “Lo malo es que el resto de las compañías al seguir a YPF también van variando sus importes para no perder competitividad, y vivimos un escenario de precios cambiantes que complican muchísimo la administración”.
Para cerrar su consideración, Gold enfatizó: “Dije hace un tiempo que el sector iba a tender a que cada estación se posicione en el mercado ya no por el precio de sus combustibles, sino por la calidad de servicio, imagen, diversidad y modernidad de oferta. Vamos directo a esa nueva lógica de consumo”.