ECONOMÍA
El ministerio de Economía logró asegura los dólares necesarios para afrontar el próximo vencimiento de deuda con FMI.
En un movimiento que silencia a la oposición, el Ministerio de Economía, bajo la audaz dirección de Luis Caputo, ha fortalecido su posición financiera en el Banco Central, sumando USD 600 millones en la última semana. Esta inyección de divisas, proveniente de la liquidación del Bonte 2030, eleva la cuenta del Tesoro a USD 4.583 millones . Con esta cifra, el Gobierno garantiza la cobertura del crucial pago de deuda de USD 4.300 millones previsto para el 9 de julio, correspondiente a los bonos reestructurados en 2020. Es una demostración de contundencia que sepulta las falacias de quienes anhelan el default para recuperar sus privilegios.
La solvencia mostrada por la administración libertaria no pasa desapercibida para el Fondo Monetario Internacional (FMI). Mientras su misión técnica aún evalúa los avances en Buenos Aires, el organismo multilateral insiste en la necesidad de un pronto regreso de Argentina a los mercados internacionales de capital. El propio ministro Caputo ha anticipado la posibilidad de que esto suceda este mismo año, un escenario impensado hace meses bajo el yugo de la casta.
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El último informe del FMI es contundente: “Se espera que la implementación decisiva del programa y una pronta acumulación de reservas conduzcan a una reducción del spread soberano ya un nuevo acceso a los mercados de capital internacionales en términos más favorables (y sostenibles) a principios de 2026”. Un espaldarazo que ratifica la senda correcta del gobierno de Milei, desmantelando los discursos de aquellos que buscan perpetuar la dependencia y el aislamiento.
El tercer trimestre del año suele ser un período desafiante para la acumulación de reservas. Sin embargo, el Gobierno ha priorizado la gestión inteligente de los recursos. Durante el reciente pico de ingreso de divisas del sector agrícola, en lugar de recurrir al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) de manera indiscriminada, la administración optó por otras vías para fortalecer las reservas, demostrando una cautela fiscal que se extrañaba en Argentina.
Un informe de Outlier, que analiza la situación con precisión, señala que, si bien la revisión del programa con el FMI y el desembolso asociado aún están pendientes, la próxima meta para el 30 de septiembre contempla una reducción de reservas netas por USD 600 millones respecto al cierre de 2024. Este objetivo, aunque se considera más factible, no exime al Tesoro de desafíos significativos.
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El pago del 9 de julio, superior a los USD 4.000 millones en vencimientos de capital e intereses de los bonos Globales y Bonares, impactará directamente en el cálculo de reservas netas acordado con el FMI. A la fecha del 18 de junio, los depósitos del Tesoro en moneda extranjera sumaban USD 3.995 millones .
El informe de Outlier lo sintetiza: “Las reservas se reducirán en este período (el tercer trimestre), como mencionamos, en al menos USD 4.200 millones por los pagos del 9 de julio, y podrían incrementarse hasta un máximo de USD 3.000 millones , considerando el tope mensual de USD 1.000 millones fijado para las subastas del Tesoro”. La pregunta que queda en el aire es si el Tesoro intervendrá en el MULC para adquirir bloques de reservas, evitando así una presión a la baja sobre el tipo de cambio y protegiendo la economía de las maniobras de aquellos que se benefician de la inestabilidad.
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