La música dejó de ser solo una expresión artística para convertirse en una de las industrias más rentables del planeta. Cada show en vivo, cada hit y cada gira internacional mueven cifras comparables con las de una superproducción de Hollywood.
En este contexto, una consultora realizó un análisis para entender cuánto cuesta realmente asistir a un recital hoy, tanto en Argentina como en otras partes del mundo.
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Una de las principales conclusiones del informe es que los precios de las entradas varían significativamente según la región. Sorpresivamente, un mismo show en Argentina puede resultar más económico que en países como Estados Unidos o Europa. Por ejemplo, asistir al Lollapalooza costó unos 174 dólares en Argentina, 189 en Estados Unidos y alrededor de 215 en Europa. En términos relativos, el festival resulta un 23% más caro en Europa que en el país sudamericano.
Oasis, una de las bandas más esperadas por sus fanáticos, anunció su gira mundial: en Argentina, las entradas cuestan casi un 40% menos que en Europa.
Sin embargo, hay casos en los que la diferencia juega en contra del público local. Para el recital de Katy Perry, que se presentará el 9 y 10 de septiembre, la entrada más económica cuesta 63 dólares en Argentina, mientras que en Estados Unidos se ubica en 59 dólares y en Europa descendió a 51.
Pero estos costos tienen una razón de ser. Que los precios en dólares sean más bajos no implica necesariamente que sean más accesibles para el público, ya que el poder adquisitivo en Latinoamérica es considerablemente menor que en Estados Unidos o Europa. Dependiendo del país, el mismo artista puede ofrecer un show con precios radicalmente distintos, y lo que en un lugar es accesible, en otro puede convertirse en un lujo inalcanzable.
Volviendo a Argentina: según la última Encuesta Permanente de Hogares (tercer trimestre de 2024), el ingreso per cápita familiar del decil más alto fue de $1.043.015. Una familia de cuatro personas que destine $270.000 para asistir a un show estaría usando más del 25% de ese ingreso mensual. Focus Market también calculó los costos adicionales que encarecen la experiencia: comida, estacionamiento, merchandising y transporte, entre otros. Para una familia, estos gastos pueden sumar alrededor de la suma ya mencionada, independientemente del valor de las entradas.
¿Por qué hay tanta diferencia?
La estructura de costos varía ampliamente entre países. En Europa, los recitales suelen realizarse en estadios con infraestructura de alto nivel, lo que eleva los valores por alquiler, mantenimiento y servicios asociados. Además, los ingresos promedio de la población son más altos, lo que permite establecer precios mayores sin afectar tanto la demanda. También se suman otros factores como los altos impuestos, mayores estándares de seguridad, y costos elevados de personal técnico y logístico.
En Estados Unidos, en cambio, predomina el modelo de shows masivos —como los que se realizan en el Rose Bowl o el MetLife Stadium— que permite distribuir los gastos fijos entre una enorme cantidad de asistentes. Esto hace que, aun con una puesta en escena millonaria, el precio por entrada no se dispare en la misma proporción. Además, el mercado de entretenimiento está altamente desarrollado y profesionalizado, lo que genera economías de escala y alianzas comerciales que también ayudan a contener los precios.
En Latinoamérica, la situación es distinta. Las giras suelen incluir pocas fechas y el público tiene menor poder adquisitivo. En Argentina, además, existe un tipo de cambio diferencial para la organización de espectáculos internacionales, lo que ayuda a contener los precios.
Paradójicamente, en contextos de crisis económica, muchos argentinos priorizan el gasto en entretenimiento por sobre bienes durables o vacaciones. “Esta tendencia responde a un factor emocional: después de períodos de inestabilidad, la gente busca experiencias que le brinden satisfacción inmediata, y la música en vivo se convierte en una prioridad dentro del presupuesto de ocio”, lee el informe de la consultora.
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En Córdoba, por ejemplo, artistas como Abel Pintos ofrecen entradas desde $65.000 hasta $120.000 para su show de julio. Lali, en Plaza de la Música, tiene tickets desde $70.000. Por otro lado, espectáculos familiares como Disney en Concierto tienen precios que van desde los $35.000 hasta los $70.000.
Artistas internacionales vs. nacionales
La diferencia de precios entre recitales de artistas extranjeros y nacionales también es significativa. Ver a un músico internacional cuesta considerablemente más, no solo por el caché del artista, sino también por los gastos asociados: logística, alojamiento, transporte y producción en dólares. Por ejemplo, la entrada más económica para el show de Bad Bunny en el estadio Monumental se ubicó en $95.000, sin contar los cargos por servicio.
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En cambio, los artistas argentinos manejan costos más acotados al operar dentro del país, lo que les permite ofrecer entradas más accesibles. Sin embargo, eso no significa que llenar un estadio sea fácil: los desafíos de producción y convocatoria también son considerables. En el caso de Lali, la entrada más cara para su show en Vélez costó $75.000.
Recreación y cultura: una categoría que no deja de subir
El informe también pone el foco en la evolución de los precios dentro del rubro “Recreación y cultura”. En 2023, este segmento tuvo un alza del 218%, superando la inflación general del 211%. En 2024 creció a un ritmo levemente menor (110% frente al 117%), pero en los primeros meses de 2025 vuelve a mostrar una tendencia ascendente: 5,47% contra 4,65% del promedio general.