En algún momento la situación se aclarará, y algún protagonista dará la cara y, con ella, las explicaciones del caso. Por el momento, la situación del entrenador de Boca entró en un túnel oscuro y silencioso y hace ya una semana que no sale de allí. Sí, desde que Diego Martínez renunció como entrenador de Boca y Juan Román Riquelme habló en el vestuario casi inmediatamente después (“Esto es fútbol, no pasa nada, vamos a tomarlo con tranquilidad”, anticipó), no hubo una sola palabra oficial del club que aportara algún dato a la situación.
En el medio, como suele suceder, hubo ruido. Primero, una catarata de candidatos, algunos proporcionados por la usina oficiosa del club, otros por la maquinaria de representantes, siempre eficiente para posicionar nombres que muchos de ellos no sobrevivían un día en la calesita de postulantes y se bajaban rápido y sin la sortija.
El cuerpo técnico de Gago en Chivas, supuestamente con la separación de Federico Insúa en su arribo a Boca.
La tendencia pareció romperse a mitad de semana, cuando después de que el nombre de Guillermo Barros Schelotto (el favorito al iniciarse la sucesión del Gigoló) perdiera fuerza, se instaló muy firme la chance concreta de que Fernando Gago haya recibido la bendición de Román para ser el entrenador.
Gago y Román en sus tiempos de compañeros en Boca, siempre con respeto y compañerismo.
Lo que sucedió después no registra muchos antecedentes: por un lado, mucha info filtrada a los medios de un acuerdo inminente para la salida de Gago de Chivas de Guadalajara, su actual club, y su desembarco casi inmediato en Boca. Y, en paralelo, desementida rotunda del entorno del entrenador que hubiera existido contacto alguno del presidente Riquelme o de alguno de sus colaboradores estrechos con Gago y sus agentes. Y en el entorno de Román algo parecido: una negativa a que el nombre del DT estuviera impuesto, aunque con menor contundencia.
Boca Juniors –
Gago no subió al micro para concentrar con el plantel de Chivas y se fue por su cuenta
En el medio, una polémica fuerte de la dirigencia del equipo mexicano, el periodismo y los hinchas, por considerar muy desprolija la forma en la que se manejaron las partes (al menos así tomaron ellos este reality show en penumbras) en la inminencia del clásico de la ciudad, entre Chivas y Atlas, que se jugará este sábado con Gago al frente de equipo albirrojo, para muchos su último partido en el club, para otros -sobre todo si hay un resultado positivo- uno más de cara al futuro.
Fernando Gago –
Qué dijo Fernando Gago cuando le preguntaron por Boca
El clásico y después
Pues bien, después de muchas horas de incertidumbre, este sábado, o más bien en la madrugada del domingo, alguna definición del caso. Habrá que esperar cómo se da el partido, cuál es el resultado final y, fundamentalmente, la palabra de Fernando Gago, quien seguramente será muy requerido por la prensa de Guadalajara sobre: a) Su negociación con Boca; b) Su futuro en el club mexicano.
Boca Juniors –
Antonio Briseño, jugador de Chivas, habló sobre el futuro de Fernando Gago
Este día también es clave porque otra de las especulaciones es que existiría un pacto de silencio entre la dirigencia de Boca y el entrenador de Chivas, para blanquear las negociaciones y el acuerdo en ciernes recién después del clásico de Guadalajara, algo que no suena del todo creíble, toda vez que el silencio stampa se habría acordado una vez que el daño ya estaba hecho. En tal caso, tenía sentido antes, nunca después.
El día G
Una vez que se corra el velo, se sabrá si hubo (hay) negociaciones serias o no fue más que una puesta en escena para distraer la atención, quizá para bajarle la tensión a Mariano Herrón, el entrenador interino, y que eventualmente, si hace bien su tarea, pueda ser designado más adelante como el head coach de Boca, como Riquelme hizo cuando debió reemplazar a Miguel Ángel Russo y lo sucedió Sebastián Battaglia, entonces DT de la Reserva, y cuando tuvo que suplantar a éste y ubicó a Hugo Ibarra, que ostentaba el mismo cargo que, casualmente, tenía Herrón hasta el sábado a la noche. Si finalmente es Gago el elegido, comenzará otra historia, la de su desvinculación de Chivas y su arribo a Boca. Por eso el sábado es el Día G.
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