Este miércoles el Congreso de la Nación será escenario de un nuevo round contra el plan de ajuste de Milei. Con sesión convocada desde las 11 de la mañana, diputados sesionarán para tratar el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. Por estas horas, el escenario más bien es ajustado y el gobierno negocia voto a voto, como ya lo hizo en la votación de la Ley Bases y en el veto a la movilidad jubilatoria, repartiendo cargos y privilegios sin pudor a cambio de comprar apoyo político.
Afuera, una nueva movilización irá tomando forma desde temprano con el objetivo de lograr derrotar la antidemocrática impugnación presidencial. Un veto que ha generado un enorme rechazo en diversos sectores de la sociedad, que ven en esta medida un ataque directo a la educación pública, a los salarios docentes y a los derechos de los y las estudiantes. La masiva movilización del pasado 2 de octubre lo dejó en claro, reuniendo a cientos de miles de personas en las calles de todo el país y con convocatorias enormes en Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán y Salta, entre otras.
A pesar de la masividad que se vio el miércoles pasado, el Gobierno decidió avanzar igual con su política y ratificar el veto. Una medida que lo único que hizo fue seguir agigantando la bronca y contribuir a que el movimiento estudiantil comience a ponerse de pie, como empieza a verse por estas últimas horas.
Estudiantes empiezan a levantarse contra el veto de Milei
La intransigencia del Gobierno está logrando despertar a un actor que hasta el momento se encontraba dormido, como lo es el movimiento estudiantil. En estas últimas 48 horas, distintas facultades realizan asambleas donde sus estudiantes debaten democráticamente, votan clases públicas, tomas y vigilias contra el veto y discuten cómo movilizar.
Lo que empezó este lunes con la decisión de Filosofía y Psicología de la UBA, la Universidad Nacional de Artes y los colegios universitarios como el Nacional Buenos Aires y el Carlos Pellegrini, escaló este martes multiplicándose a otros puntos del país.
Por estas horas también se encuentran tomadas la facultad de Humanidades y Arte de Rosario, la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, el rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Jujuy, la facultad de Sociales de la UBA y la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad de San Martín. También se realiza una permanencia en el rectorado de la Universidad de La Plata, mientras otras facultades debaten en asambleas en estos momentos como sumarse a la jornada del miércoles.
Contra el veto de Milei: asambleas y tomas en facultades y universidades de todo el país
Contra el veto de Milei: asambleas y tomas en facultades y universidades de todo el país
Acciones impulsadas de manera independiente, sin confiar en las autoridades universitarias ni en las conducciones estudiantiles alineadas con el gobierno. Acciones que muestran que la bronca empieza a crecer y que pueden empezar a marcar un nuevo momento en la pelea contra el plan de ajuste del Gobierno, que empecinado en su dogma contribuye a sacudir la pasividad que hasta ahora lograron imponer las distintas burocracias, tanto estudiantiles como sindicales, que le esquivaron a la convocatoria para este miércoles y otra vez estarán ausentes.
Hay que unir las luchas que crecen desde abajo
Las direcciones de la CGT y las CTA hasta ahora vienen prestando su colaboración a mantener la paz social y el orden de sus representados a pesar de los ataques del Gobierno. En algunos casos, en un rol abiertamente traidor como el que juegan Daer y el sector conocido como el de los “gordos” de la CGT, que incluso acepta las invitaciones a la Casa Rosada para escribir la letra chica de la reforma laboral que pretenden imponer. En otros, con discursos opositores pero negándose a convocar acciones a la altura de los distintos ataques que hay, como es el caso del sector que encabeza Pablo Moyano o de quienes están al frente de las CTA.
Pese a esta actitud, que termina colaborando ya sea activamente o por omisión con los planes del Gobierno, en la última semana la lucha de trabajadores y trabajadoras de la salud empezó a cambiar el pulso de las cosas y a mostrar que hay otra alternativa para quienes quieren enfrentar los planes de Milei y el FMI.
El anuncio del cierre del Hospital Laura Bonaparte despertó una importante organización y solidaridad de toda la comunidad a su alrededor, que terminó por imponer un retroceso en la decisión del oficialismo. Las acciones contundentes, el enorme apoyo social y la organización democrática y en asambleas de trabajadores afiliados y no afiliados fueron las claves para definir los pasos a seguir en una lucha que seguramente no terminó, pero que acaba de obtener un primer triunfo.
El Bonaparte no se cierra: la toma y asamblea de trabajadores y pacientes hizo retroceder a Milei
El Bonaparte no se cierra: la toma y asamblea de trabajadores y pacientes hizo retroceder a Milei
La importante movilización del Garrahan, en el marco de un paro de 48 horas, y la confluencia junto a quienes pelean por la defensa del Hospital Bonaparte terminó hoy en una gran demostración frente a las puertas de la Casa Rosada con un mensaje contundente: “Estamos defendiendo la salud y la educación”.
Enorme movilización unificada del Garrahan, del Hospital Bonaparte y de residentes de CABA.
Más de 4.000 trabajadores de la salud cantando 🎶 Atención, atención, estamos defendiendo la salud y la educación 🎶 pic.twitter.com/ywkohr4VPv— Pato del Corro (@Patriciodc) October 8, 2024
Síntomas incipientes de que algo parece estar empezando a cambiar y que dejan dos importantes lecciones. Por un lado, muestran que es posible pararle la mano al Gobierno si existe la decisión y la voluntad política de luchar apostando a la organización de base y buscando rodear de solidaridad los conflictos, junto a la comunidad. Por el otro, que es más urgente que nunca avanzar en unir todas las luchas que hay contra el ajuste del Gobierno y que las direcciones sindicales buscan dividir conscientemente.
Hasta ahora, la confianza en la rosca y las negociaciones que han depositado las direcciones sindicales, estudiantiles, así como los distintos referentes del radicalismo y el peronismo solo sirvieron para darle tiempo y fuerza a Milei.
El triunfo del Hospital Bonaparte, la lucha del Garrahan y el despertar que se está empezando a ver en el movimiento estudiantil marcan un camino que hay que multiplicar. Un camino que enseña que hay que profundizar la organización y la coordinación entre distintos sectores como única garantía para ofrecer una respuesta a la altura de los ataques del Gobierno y sus cómplices, que pueda imponerle a las burocracias un paro general activo y la continuidad de un plan de lucha hasta derrotar todo el plan de Milei.