28, agosto, 2025
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Corrientes

Gustavo González: Este gobierno, que se presenta como opuesto al kirchnerismo, termina actuando casi metodológicamente igual

En diálogo con Canal E, Gustavo Damián González, politólogo y analista político, sostuvo que el escándalo por corrupción en el entorno cercano al presidente Javier Milei representa un golpe profundo a su imagen de transparencia y anticasta.

Un golpe al corazón del relato oficial

Una vez más, la Argentina haciendo el juego del escorpión”, disparó González al analizar la reacción de los mercados internacionales tras las denuncias por corrupción contra funcionarios del gobierno libertario. “Esto afecta la credibilidad del gobierno y tiene impacto en lo externo, pero también en lo interno”, explicó.

El especialista subrayó que, aunque el gobierno intenta mantener la imagen de fortaleza, el caso resuena en la sociedad: “Las encuestas están mostrando que el 90% de los argentinos se enteraron de este hecho”, y eso lo convierte en un episodio de alto impacto simbólico.

Si hay algo que el ciudadano le exigía a este gobierno son dos cosas: terminar con la inflación y con la corrupción”, recordó. El escándalo actual, según González, golpea uno de esos dos pilares, generando desilusión incluso entre quienes apoyaban al oficialismo.

Nos desayunamos con contratos directos vinculados con las altas esferas, y el gobierno optó por el silencio y las ambigüedades”, criticó.

Contradicciones, fusibles y el dilema de la hermana

Para González, la reacción del Ejecutivo fue contradictoria: “Echan al director, pero dicen que es una operación. Si es una operación, ¿por qué lo echan?”, se preguntó, y añadió: “Están buscando quién filtró los audios, no si los audios son verdaderos”.

El foco de la gestión parece estar puesto en “matar al mensajero”, más que en esclarecer el fondo del asunto. Y la figura de Karina Milei, hermana del presidente y principal operadora política, aparece en el centro del entramado. “Esa asociación con Karina no va a ser rota. Sería sacar su sostén emocional”, afirmó. En este contexto, descartó que ella sea el fusible ante la crisis.

Sí anticipó cambios post electorales: “Después de las elecciones va a venir un cambio de gabinete. Si no hay fusibles, la carga va a ser más grande”. No obstante, advirtió que este escándalo “no va a morir en una semana o 15 días. Va a ir in crescendo”.

A pesar de todo, no cree que este episodio modifique profundamente el resultado electoral en el corto plazo. “Probablemente no cambie el voto, pero sí va a afectar al gobierno. El capital simbólico ya se está resintiendo”, advirtió.

El problema, asegura, no es solo judicial, sino político y comunicacional. “Importa bastante poco lo que va a decir la justicia, porque va a tardar cinco años. Importa lo que la opinión pública percibe como verdad”, sentenció. Y concluyó: “Este gobierno, que se presenta como opuesto al kirchnerismo, termina actuando casi metodológicamente igual”.

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