Hubo una época en la que parecía invencible. Su corte mohicano, los músculos marcados, el ceño fruncido y esas cadenas doradas colgando del cuello lo convirtieron en una postal de los años 80. Era imposible no verlo, su presencia era contundente. Rocky III lo catapultó al estrellato y Brigada A lo transformó en ídolo mundial.
Mr. T era sinónimo de fuerza, de acción y de éxito. Sin embargo, la historia no terminó como él imaginaba. Hoy, a los 73 años, su presente es muy distinto y apenas sobrevive en la memoria de quienes lo vieron brillar.
Laurence Turead nació en Chicago en 1952, el menor de doce hermanos y criado por una madre que lo sacó adelante prácticamente sola. A los 18 decidió cambiar su nombre y convertirse en Mr. T. La explicación la dio él mismo: “A mi padre, a mis tíos, a cualquier hombre negro adulto le dicen Boy. A la edad en que ya podía ir a la guerra, tomar alcohol o votar no quería que a mí también me dijeran así. Por eso me puse Mr. Así era lo primero que tenían que decir cuando me nombraran”.
Su salto a la fama llegó gracias a Sylvester Stallone, que lo eligió como el temible Clubber Lang en Rocky III. La película lo convirtió en figura y lo llevó directo a Brigada A, donde encarnó a B.A. Baracus, personaje que se volvió el favorito de los chicos. Era duro, temible y tierno al mismo tiempo, con la fobia a volar como condimento perfecto para la comedia.
POR QUÉ MR. T QUEDÓ EN LA RUINA TRAS SU ÉXITO EN ROCKY Y BRIGADA A
El boom fue total: muñecos, publicidades, dibujos animados y hasta una publicidad en Argentina junto a Cacho Fontana. Todo parecía indicar que el imperio de Mr. T sería eterno. Pero la televisión lo encasilló. Con el paso del tiempo, la fama se apagó, los papeles importantes desaparecieron y su figura quedó relegada a la nostalgia.
A pesar de ser uno de los actores más famosos de la década del 80, a finales de los ‘90 la carrera de Mr. T se estancó y se encontraba bajo una enorme crisis financiera. En 1998, en pleno tratamiento contra el cáncer, reveló que su cuenta bancaria tenía menos de 200 dólares, un fuerte reflejo de cómo todo el dinero que había ganado comenzó a desaparecer.
“Probablemente estoy en la ruina. Probablemente tenga 200 dólares en el banco. Le di [mis joyas] a mi familia para que las vendan, ganen dinero, o lo que quieran. Las cosas materiales… solo se pueden llevar a la tumba, no después de ella”, declaró Laurence a Entertainment Tonight:
Gracias a los patrocinios de empresas como Snickers, Fuze Ice Tea y una carrera ligeramente renovada, su economía se recuperó un poco. Según Celebrity Net Worth, portal especializado en los patrimonios de los famosos de Hollywood, la fortuna de Mr. T se estima alrededor del 1 millón de dólares.