8, junio, 2025
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Corrientes

No alcanza con bajar el tipo de cambio, hay que empezar a ser más eficientes

-De acuerdo a los estudios que realizan en Ieral. ¿Cuáles son las perspectivas para la región en este contexto económico?
-Podemos dividirlo, al menos, en dos grandes grupos. Uno, el sector exportador formal, que el año pasado fue el primero que se reactivó y, de hecho, vemos que todavía están teniendo tasas de crecimiento positivas anuales e incluso mensuales en el caso del té, yerba mate, arroz, naranjas, madera cerrada y pasta celulósica. Tal vez la madera perfilada, los productos derivados de madera con mayor valor agregado están con algún problemita en los últimos meses, pero la mayor parte de los sectores exportadores todavía tienen valores positivos, a pesar de que están formando parte de esta discusión sobre si el tipo de cambio está retrasado.

-¿Qué sector se puede ver resentido?
-Lo relacionado a la integración informal con los países vecinos: ahí sí se va a ver muy resentido en las localidades de frontera. No solamente los paraguayos y los brasileños dejaron de venir, sino que además los argentinos están empezando a ir a comprar de todo del otro lado. No sólo vestimenta, calzado, electrodomésticos o productos electrónicos, que son los más tradicionales, sino que ahora también incluso hay compras de supermercados. Hay gente que cruza la frontera para ir al súper, algo que es muy poco entendible en otras regiones. Todavía no es tan masivo, pero sí se empieza a ver este fenómeno que tiene que ver con la problemática de la competitividad o ese retraso del tipo de cambio y cómo estamos empezando a ser caros en muchos rubros, lo cual implica el desafío de bajar los costos, no solamente como una cuestión de modificar el tipo de cambio, que tal vez fue la solución simplista de las últimas décadas, sino pensar en cómo ser más eficientes. Y esto implica reducción de impuestos nacionales, provinciales y de tasas municipales, pero también reducción de regulaciones que suman costos en todos estos sectores productivos.

-En el caso de la yerba, ¿cuáles son las perspectivas?
-Es uno de los motores de la economía regional, sobre todo en Misiones y Corrientes. El año pasado había tenido un año no tan bueno y ahora estamos viendo que se está comenzando a recuperar, sobre todo el consumo interno. Obviamente en un contexto en el cual hay tensiones sectoriales por la desregulación del sector, por la eliminación o el no nombramiento del presidente dentro del Instituto Nacional de la Yerba Mate, que hace que no esté funcionando este instituto y esto implica no regular precios y demás. Estas funciones que tradicionalmente, desde hace 22 años estaban funcionando, hacen que haya algunas tensiones regionales. Pero más allá de eso, se está viendo una recuperación del precio de la hoja verde, de la materia prima, y, por otro lado, también se está viendo una recuperación en el consumo interno, que explica aproximadamente el 80-85% de la demanda total de yerba mate.

-La obra pública se vio muy resentida.
-Sí, se vio muy resentida el año pasado y todavía sigue con valores negativos, lo que implicó para muchos empresarios la necesidad de reconvertirse, orientándose al sector privado y no tanto a la construcción o a la obra pública. Históricamente, en la región, construcción era obra pública principalmente y la obra privada era algo marginal. Bueno, ahora se está revirtiendo justamente por mayor dinamismo al sector privado, y el sector público apagándose como motor de la economía regional.

-¿Las políticas implementadas por Milei golpearon con más fuerza al NEA?
-Se puede ver en varios indicadores. El más claro es lo que pasó con la obra pública, con la construcción en general, como decía recién. Por ejemplo, Misiones pasó de tener aproximadamente 12.000 puestos de trabajo registrados a 6.000/5.800. Estoy dando solamente el dato de Misiones, pero eso se ve en todas las provincias: cómo golpeó directamente en estos contratos de obra pública, que estaban financiados principalmente con transferencias automáticas o discrecionales del gobierno nacional a las provincias. Y eso trajo aparejado, a su vez, un menor movimiento en los lugares donde estaban asentadas la mayor parte de esas empresas constructoras, que son las ciudades capitales de cada una de las provincias, Posadas, Corrientes, Resistencia y Formosa. En definitiva, eso se terminó trasladando en ventas minoristas en los comercios locales, por el efecto derrame. También vimos que el sector exportador fue el primero que reaccionó por el sinceramiento cambiario.

-En diciembre del 2023, cuando se blanqueó el tipo de cambio blue.
-Eso implicó, por ejemplo, en el caso del tabaco, que ya se vendía a Brasil pero de manera informal, de la no declaración de estas ventas externas, comenzaron a salir por puertos argentinos con declaraciones y eso implicó que, aun cuando no se modificó prácticamente la cosecha del tabaco de un año al otro, se incrementaron en un 60% las exportaciones de ese producto. No era que no se vendía, sino que se escapaban del circuito formal y ahora empezó a declararse. El impacto directo de las políticas de la nueva gestión fueron, por un lado, el sector exportador, que primero reaccionó muy bien, con cifras récords en muchos casos de crecimiento de exportaciones, en casi todos los sectores. Pero, por otro lado, negativamente sufrimos el impacto de esta reducción drástica de las transferencias discrecionales o no automáticas y eso afectó a la obra pública.

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