La secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, dijo que la administración Trump está considerando ofrecer asistencia a los agricultores, en medio de preocupaciones por un efecto desastroso en los productos agrícolas del país debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El gigantes asiático anunció planes para aumentar los aranceles a todos los productos estadounidenses al 84%, luego de que el presidente Donald Trump incrementara los derechos de importaciones chinas hasta el 104%. En una pelea comercial a menor escala con Pekín durante el primer mandato de Trump, el gobierno del republicano apeló a la Corporación de Crédito de Productos Básicos para un rescate destinado a los agricultores estadounidenses por US$28.000 millones. La entidad estatal fue creada para impulsar los ingresos y los precios agrícolas.
“Estamos volviendo a analizarlo”, declaró Rollins a Bloomberg News el miércoles en la Casa Blanca. “Obviamente, todo está sobre la mesa, pero nos encontramos en un período de gran incertidumbre sobre cómo se desarrollará esto”, afirmó.
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Sin embargo, la funcionaria aclaró que no se ha tomado ninguna decisión sobre si extender la asistencia financiera a los agricultores.
“El objetivo es que no tengamos que hacerlo en absoluto, que estos cambios y la reestructuración de la economía resulten en un ambiente de prosperidad sin precedentes para todos los estadounidenses, pero especialmente para nuestros agricultores y ganaderos”, agregó Rollins.
Las discusiones en torno a un rescate para el agro indican que la administración Trump está preocupada por las posibles consecuencias de la guerra comercial para este sector, que constituye un electorado clave para el presidente y su Partido Republicano.
Las respuestas “ojo por ojo” de Washington y Pekín marcan una rápida escalada que tiene desconcertados a los mercados financieros mundiales y que ha suscitado temores de una crisis económica.
Los aranceles de represalia están golpeando a los agricultores, ya que otras políticas de la administración limitan su capacidad para vender productos. La administración Trump desmanteló la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional, cuyos programas adquirieron productos básicos de productores estadounidenses. Trump también amenazó amenazado con reducir los programas de asistencia nutricional que compran productos agrícolas del país.
Quiebra de agricultores
En lo que va del año, 88 granjas familiares o corporativas se declararon en quiebra, frente a las 50 del mismo período de 2024, según el proveedor de datos Epiq Bankruptcy Analytics. Se prevé que esta cifra aumente si se mantienen los aranceles estadounidenses.
El riesgo de que se intensifique la guerra comercial se produce en un momento en que los agricultores estadounidenses luchan por recuperar su posición como principales exportadores de productos básicos, desde maíz hasta trigo, después del éxito obtenido por Brasil en la conquista de participación de mercado.
Los aranceles de Trump han impulsado a los gobiernos extranjeros a apresurarse a alcanzar acuerdos con el gobierno para evitar o reducir los gravámenes. Rollins anunció la semana pasada que viajaría a Vietnam, país que busca cerrar un acuerdo con EE.UU., y el miércoles comentó que visitaría Reino Unido y Japón “en las próximas seis semanas”.
La Casa Blanca también evalúa la posibilidad de crear un crédito fiscal para los exportadores, que podrían verse duramente afectados por las medidas de otros países para tomar represalias contra los gravámenes de Trump, instaurando sus propias barreras comerciales.
Traducción editada por Silvia Martínez.