La crisis abierta en el Pro por la derrota del 18 de mayo en la ciudad debilita su posición en la alianza que acaba de constituir con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires para las elecciones del 7 de septiembre. Desde fines del siglo XX, el gobierno porteño es una fuente de poder con capacidad de incidir y digitar candidaturas bonaerenses gracias al contraste entre su salud financiera y el malestar crónico en las de la provincia. El riesgo de perder el control sobre esa influencia administrada por dos décadas es el corazón del conflicto entre Jorge y Mauricio Macri.
El expresidente parece decidido a ser el primero en subvertir el orden que él mismo contribuyó a consolidar desde 2007 con tal de librar al gobierno porteño de la conmoción que lo paraliza desde hace dos meses. No habría otra explicación racional de su aval al acuerdo electoral con los libertarios que, además de Cristian Ritondo, suscribieron Guillermo Montenegro y Diego Santilli. El intendente de General Pueyrredón y el diputado nacional aparecían en la categoría de enemigos en la meritocracia original de Macri.
Una nómina en la que podría caber Karina Milei. Ella y su hermano Javier no son actores inocuos en el descalabro del Pro. A tal punto que su presencia evitó que la presentación de la alianza no fuese más deslucida. Ritondo llegó hasta allí sin garantías de ser acompañado por los 14 intendentes. Una frustración para la rendición incondicional con la que soñó Sebastián Pareja. El delegado bonaerense de Karina calificó de “tibios” a los que desconfían. Ya no solo de él. También de las intenciones del presidente del Pro: Ritondo.
Los intendentes sospechan que Ritondo desea apropiarse de los siete lugares que los libertarios reconocerían al Pro en sus listas de legisladores por los 11 cuyos mandatos vencen este año. De ser cierto, disminuiría al mínimo su representación en la Legislatura. Pero también su interés en contribuir a la elección de los que compitan por el Pro. Matías Ranzini conspira con la intención de Ritondo de convencerlos de lo contrario. Tiene su promesa de ser candidato por alguna de las cuatro secciones que eligen senador: Primera, Cuarta, Quinta y Séptima.
Este año vence el mandato como diputado de Ranzini que representa a la Segunda Sección. Pero también a la poca conocida pasión de Ritondo por los municipios costeros. Le responden los de Pinamar, Mar del Plata, Arrecifes y Zárate, al que pertenece Ranzini. Ritondo tiene este fin de semana para persuadir a Pablo Petrecca de que no privilegiará a Ranzini en su perjuicio. El intendente de Junín reclama renovar el mandato de un senador por la Cuarta Sección, donde se eligen 7 de los 23 miembros del Senado.
Algo parecido deberá intentar con el de Pergamino. Javier Martínez tiene asegurado el segundo lugar en la lista de “Hechos”, el partido del intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia que competirá en la Segunda Sección, donde se eligen 11 de los 46 diputados que se renuevan. Petrecca tendría garantizado el primer lugar en “Somos buenos Aires”, la alianza inscripta por la UCR, la Coalición Cívica y, entre otros, los intendentes de Tigre y Chivilcoy: Julio Zamora y Guillermo Britos.
Martínez está ligado a Daniel Angelici, cuya vehemencia para quitar a la Legislatura porteña de su aparente letargo fue desairada por una mayoría diferente a la de 31 votos que tenía asegurada para crear 15 nuevos cargos en la Justicia. El dictamen original de diciembre preveía sólo tres. Inés Parry fue la vocera del cambio que desconocía Manuela Thourte. Parry preside la comisión de Justicia, es radical y responde a Angelici. Thourte preside el bloque de la UCR.
Tampoco estaba al tanto Dario Nieto, titular del Pro. Y menos, en apariencias, Mauricio Macri. A Emiliano Yacobitti lo habría enterado Thourte, a quien el vicerrector de la UBA llamó para que se oponga al proyecto de Facundo Del Gaiso de la Coalición: duplicar el cobro de Ingresos Brutos al juego on line. Donde tiene intereses concretos Angelici, el consejero más importante de Jorge Macri por estas horas. Yacobitti y Martín Lousteau forman parte de “Somos Buenos Aires.”
Lo más seguro es que sean rumores maliciosos, provocados por desinteligencias entre dirigentes que hasta ahora funcionaron como aliados. Juan Manuel Olmos puso la cuota de cordura que se le reconoce. Le ordenó a Juan Neira aceptar que la creación de cargos quede en suspenso hasta lograr un consenso que disipe la sospecha de un nuevo acuerdo del jefe del peronismo porteño con Angelici por el Poder Judicial.
Los votos de ese bloque más los de la UCR, el Pro, Confianza Pública y hasta La Libertad Avanza, eran contabilizados por los delegados de Angelici dentro de la mayoría simple para aprobar los nuevos cargos. La prudencia de Olmos es lógica luego del enojo de Cristina por la presentación de Jorge Macri. El jefe del gobierno porteño objetó que cumpla prisión domiciliaria en el barrio de Constitución. La presentación fue efectuada por la Procuración General a través de un empleado. Su titular, Martín Ocampo, se negó a firmarla. Ocampo reporta a Angelici.
Las noticias que llegan a La Plata del otro lado del puente La Noria, retempla el ánimo del kirchnerismo para conjurarse y sintetizar intereses tan diversos como los de Juan Grabois y Guillermo Moreno en una lista de unidad. Existe, incluso, optimismo en que “Somos Buenos Aires”, capture una porción del voto blando que en la Segunda vuelta respaldó a Milei y empareje la elección de “Fuerza Patria” con La Libertad Avanza. Eso a pesar del fracaso de las maniobras de Sergio Massa para vetar a Zamora como candidato a senador por la Primera Sección gestionadas por el radical Pablo Domenichini de Evolución. Pero particularmente por Emilio Monzó. Confinado por ahora a la representación de Marcelo Daletto como apoderado de esa coalición. Daletto es senador por la Cuarta Sección y su mandato vence este año.
Ese cambio de clima es una buena noticia para Axel Kicillof, el más interesado en una victoria que reivindique su decisión de desdoblar las elecciones. Eso hace cavilar a Máximo sobre aceptar la propuesta de Massa para distribuir lugares en la lista, concederle a Kicillof el primer lugar en las ocho secciones electorales. La Tercera es donde se le plantea al jefe de La Cámpora una disyuntiva crucial: aceptar a Verónica Magario o insistir con Mayra Mendoza.
Kicillof promueve a la vicegobernadora para sustituir a uno de los dos diputados que renueva La Matanza. Gabriel Katopodis forma parte de esas especulaciones. El ministro de Infraestructura es propuesto por el gobernador para liderar la lista de senadores en la Primera Sección, donde las expectativas de una victoria son moderadas.
Cavilaciones posibles por los desaguisados de un gobierno que apeló a fenómenos meteorológicos para justificar la ausencia del presidente en Tucumán para festejar Independencia y disimular el desaire de gobernadores irritados con la estrechez presupuestaria. Victoria Villarruel asistió sin que mediara una invitación formal. Pensaba incluso viajar en auto si no podía hacerlo en avión.
Rodeada de un hermetismo impenetrable desde que los Milei la condenaron al ostracismo, nadie sabe si la vicepresidente obra así por especulación política en un momento delicado para el gobierno. Si es por simple determinación y por una inclinación a los desafíos personales o por su afinidad ideológica con el nacionalismo. Tal vez alguno de esos misterios se revelen si concreta un proyecto que tendría pendiente. Radicarse en el conurbano. El bolsón de pobreza estructural que tiene por líder electoral a Cristina.