A pocos días del fin de la baja temporal de retenciones al agro y la época de cosecha gruesa, el equipo económico apura medidas con el objetivo de mantener el tipo de cambio estable. Sin embargo, surge el interrogante de qué ocurrirá con el dólar oficial una vez que expire la ventana para liquidar con la reducción de los derechos de exportación y si se podrá mantener la estabilidad cambiaria pese a la merma de la liquidación del sector agroexportador.
Durante los primeros cuatro meses de 2025, las ventas al exterior del complejo oleaginoso cerealero crecieron 33% en valor y 39% en toneladas equivalentes en términos interanuales. A la vez, hasta mayo ingresaron US$ 11.700 millones, según las estimaciones de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC), números sólo superados en 2021 y 2022.
El Gobierno cajonea la idea del dólar a $1.000 y explora alternativas para engrosar las reservas
Se desacelera la liquidación agro: qué pasará con el dólar
A pesar de estas cifras y de la no intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el tipo de cambio se mantuvo estable en torno a los $1.200. Con el fin del beneficio impositivo fijado para el 30 de junio, se aceleró la liquidación de los agroexportadores en los últimos días y esa dinámica permitió que la moneda estadounidense retroceda hasta los $1.142.
La gran pregunta es qué ocurrirá a partir del 1° de julio, cuando la soja salte del 26% al 33%; sus derivados suban del 24,5% al 31%; el trigo del 9,5% al 12%, lo mismo que la cebada, el sorgo y el maíz, que también regresarán al 12%, mientras que el girasol se mueva del 5,5% al 7%.
En diálogo con PERFIL, el director de Economía de Fundar, Guido Zack advirtió que “lo que puede pasar cuando termine la baja de retenciones y la época de cosecha gruesa es que haya menos flujo de oferta y que el tipo de cambio sea un poco más alto”.
“Si se queda más cerca del promedio o se va hacia la banda superior, tiene que ver más con la demanda que con la oferta. Mientras que las expectativas de depreciación estén controladas y sea negocio mantenerse en pesos haciendo tasa –carry trade–, en principio el tipo de cambio no debería subir de manera significativa. Si en algún momento esas expectativas aumentan, estaríamos en otro escenario”, remarcó.
Inflación de junio: las consultoras proyectan una cifra superior a mayo por la suba de una categoría sensible
Coincidió el economista de Profit Consultores, Amílcar Collante, al plantear que la caída de la oferta de agrodólares “difícilmente pueda ser compensada por oferta de dólares financieros ya que los que están ingresando van al Tesoro y son depositados en el BCRA para fortalecer las reservas“.
Al mismo tiempo, Collante agrega que el final de la liquidación fuerte de la industria agroexportadora coincide con la suba de demanda de divisas por turismo, vinculada a las vacaciones de invierno. “Será un buen test para ver la reacción del mercado“, aventuró.
Para el economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN), Federico Machado, el Gobierno apostará a suplir ese flujo de divisas con una mejora de la balanza energética y un mayor ingreso de billetes verdes a través del carry trade.
En cuanto a la situación energética, Machado afirmó que “todos los años Argentina tiene déficit entre julio y agosto por la importación de gas, y este año ese déficit podría verse al menos reducido”. Respecto a la entrada de capitales financieros, lo vinculó con el levantamiento de las restricciones macroprudenciales de seis meses de estadía que habían anunciado apenas semanas atrás.
“Veo un dólar yendo para arriba, pero el partido no se juega ahí, sino en el grado de traslado a precios. En este sentido el gobierno tuvo buenos resultados en abril y mayo: el dólar subió pero no sé traslado a inflación. Si en el segundo semestre la divisa ronda los $1.300 pero eso no implica un repunte inflacionario, es positivo para el Gobierno“, apuntó.
Medidas para mantener estable el dólar y sumar reservas
El ministro de Economía, Luis Caputo, tomó nota de este combo y anunció un paquete de medidas que busca evitar una eventual corrida cambiaria y, en simultáneo, acumular reservas internacionales para cumplir con las metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En tal sentido, se licitarán instrumentos de deuda con suscripción en dólares (BONTE) por un monto de hasta US$ 1.000 millones mensuales. En segundo lugar, se flexibilizaron las condiciones para la entrada de capitales del exterior mediante la eliminación de la exigencia de permanencia mínima para aquellos inversores no residentes que ingresen divisas a través del Mercado Libre de Cambios (MLC) o participen en emisiones del Tesoro con plazos mayores a seis meses. Por último, el BCRA amplió en US$ 2.000 millones las operaciones de pase pasivo (REPO) con bancos extranjeros.
Un informe de la consultora Invecq remarcó que aunque la flexibilización del cepo cambiario fue exitosa hasta el momento, eso “no garantiza que el equilibrio se mantenga sin alteraciones” de cara a los próximos meses.
Mejoran las condiciones financieras, pero dos factores clave preocupan al mercado
“Hacia adelante, es de esperar que la Cuenta Corriente (CC) siga deteriorándose, una vez finalizada la liquidación de la cosecha gruesa, con un déficit por servicios que se mantendrá estable o irá in crescendo, e importaciones de bienes que acompañarán el crecimiento económico -con mayor apertura comercial-. Además, como suele suceder en años electorales, probablemente crezca la presión dolarizadora a medida que se acerque octubre”, alertaron los analistas.
Si bien la administración libertaria se muestra confiada de reemplazar el flujo de agrodólares por un ingreso más contundente de divisas vía Cuenta Financiera, el acuerdo con el FMI, que establece objetivos de cantidad de reservas, obligó a volver a poner en foco en cómo se acumulan dólares en el Banco Central. De hecho, el organismo multilateral postergó la revisión de las metas de mediados de junio a finales de julio para darle más oxígeno al oficialismo.
A propósito de los niveles de tenencias internacionales netas, que descuentan los pasivos en moneda extranjera, el analista financiero de Wise Capital, Ignacio Morales, calculó que cerraron en mayo en un terreno negativo de US$ 8.286 millones, acumulando una contracción de 15% respecto al cierre de abril.
“Existen tres momentos clave a considerar respecto de las reservas: en julio cuando las reservas netas deben ubicarse en -US$ 2.686 millones (no llega), en septiembre donde la meta es de -US$ 2.786 millones (esta sí puede llegar a cumplirse), y a fin de año, donde el BCRA debería cerrar diciembre con reservas netas positivas US$ 1.814 millones, lo que supone una acumulación US$ 7.357 millones contados desde la fecha”, sintetizó Morales.
MFN