El titular del Indec, Marco Lavagna, sostuvo que “todavía el cambio de metodología no tiene fecha”, refiriéndose a un nuevo cálculo para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tan cuestionado por basarse en una canasta de consumo desactualizada. Además intentó quitarle relevancia al cambio: “Pareciera por lo que digo que va a dar un resultado muy distinto, pero será muy parecido”. Las declaraciones de Lavagna llegan luego de que la semana pasada el Jefe de Asesores, Guillermo Francos, confirmara futuros cambios en la forma de medir el IPC durante su informe de gestión anual en la Cámara de Diputados.
A pesar de que el nuevo índice de precios está en desarrollo desde hace meses, el titular del organismo encargado de elaborar las estadísticas indicó que los cambios no serán instrumentados “de manera apresurada”. Fundamentalmente esos cambios se vinculan con actualizar la canasta de consumo sobre la que se miden los precios para captar nuevos hábitos de consumo, como la contratación de plataformas digitales de servicios audiovisuales tipo Netflix –en lugar del alquiler de películas- y el uso de celulares –en vez de la telefonía fija-; entre otros.
Otro de los cambios fundamentales es el peso relativo de los servicios públicos en el gasto de los hogares, que ganaron importancia de la mano de los tarifazos recientes y los del gobierno de Mauricio Macri, pero cuyos ponderadores son todavía los del año 2004.
Una medición con canasta más actualizada es la del Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (Idecba) que usa una canasta del 2018, ponderando mejor los gastos en servicios y bienes.
En sus declaraciones radiales, Lavagna pareció querer llevar calma ante las expectativas por estos cambios. De acuerdo a distintos analistas podrían involucrar un incremento de poco menos de 20 puntos sobre el 117,8 por ciento de inflación de 2024. La inflación todavía seguiría siendo menor que el 211,4 por ciento de 2023 pero la diferencia se achicaría. Pero los cambios involucrarían diferencias menores según el propio Lavagna: “Las diferencias pueden ser de 0,1 o 0,2 por ciento, no es una diferencia grande en lo estadístico. Puede ser que tengas un mes que aumentaron más los alimentos y en otro momento te pueden aumentar más los servicios. A lo largo de los años los índices más o menos te tienen que ir dando en una línea parecida. Los cambios no los miramos a corto plazo, es para tener una visión larga, un índice que te pueda representar en los próximos cinco o seis años”.
Los vaivenes metodológicos del IPC traen cola, y un hito en este ir y venir del Gobierno fue el pedido de renuncia en noviembre de 2024 a Analía Calero, la entonces Directora Nacional de Estadísticas de Precios. Ya se rumoreaba la posibilidad de un cambio en la medición en el que había trabajado el equipo de Calero. Ella escribió una nota en el perfil de su red social: “Confío en que los frutos de este arduo trabajo conjunto pronto se verán reflejados con la publicación de las nuevas metodologías, quedando como testimonio del compromiso y profesionalismo de todo el equipo. Gracias por este camino recorrido”.
El Indec esperará la confirmación del Ministerio de Economía, de quien depende, para poner en marcha la implementación de la nueva medición del IPC.