Tras semanas de lluvias y desbordes, el Concejo Deliberante declaró la emergencia hídrica en la localidad. Aunque el nivel del Riachuelo comenzó a descender, la situación continúa siendo crítica.
La situación en San Luis del Palmar sigue siendo delicada. A pesar de que el nivel del Riachuelo comenzó a bajar, 137 personas continúan evacuadas desde hace una semana debido a las intensas lluvias y al desborde del arroyo Riachuelo y el río Empedrado.
Este viernes, en una sesión extraordinaria solicitada por el intendente, el Concejo Deliberante local aprobó la Ordenanza N° 13/25, que declara la emergencia hídrica en la localidad. La medida busca reforzar la asistencia y acelerar la recuperación de las zonas más afectadas.
“No hay variantes en cuanto a cantidad de evacuados. Es cierto que baja el Riachuelo, pero no permite que regresen a sus hogares. Siguen la misma cantidad, 22 familias en el estadio Mbaya Soto y 7 en el salón de usos múltiples, con un total de 137 personas, todas familias numerosas”, señaló el periodista Luis Dalmacio a El Litoral.
Según datos de los Bomberos Voluntarios de San Luis del Palmar, el registro de las 17 horas de este viernes marcaba una altura de 3,90 metros del Riachuelo, lo que muestra un lento descenso. Sin embargo, la situación continúa siendo crítica en las zonas bajas y rurales.
El concejal Daniel Rodríguez celebró la aprobación de la ordenanza: “La emergencia hídrica ya se había pedido el pasado 3 de junio, pero no fue acompañada. Ahora, con esta aprobación, contamos con una herramienta fundamental para seguir ayudando a las familias evacuadas y autoevacuadas”.
La medida fue aprobada con ocho votos a favor y una abstención, la del concejal Juan Carlos Filippi.
Mientras tanto, los operativos de asistencia continúan en distintos puntos del municipio y las zonas rurales más afectadas, como 4ta Empedrado Limpio y Capi’í Ti. Equipos municipales, bomberos, agentes de salud y un veterinario recorren los parajes entregando alimentos, agua mineral y brindando atención sanitaria y veterinaria.
A la ayuda oficial se sumaron organizaciones sociales y grupos solidarios, entre ellos el merendero La Luna, que reparte meriendas, ropa y agua, y Utrasa, que donó zapatillas para los niños.
Aunque el nivel del agua comience a descender, el camino hacia la normalidad en San Luis del Palmar todavía será largo. La declaración de emergencia marca un paso fundamental para sostener la asistencia y acompañar a las familias que aún no pueden regresar a sus hogares.
