26, agosto, 2025
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6 expertos explican por qué el jabón íntimo no es tan necesario como creés para tu salud

En los últimos años, los estantes de farmacias y supermercados se han llenado de espumas, toallitas, y, sobre todo, jabones íntimos diseñados para la “higiene femenina”. La publicidad promete frescura, limpieza y hasta protección extra, pero este bombardeo de mensajes también ha generado confusión: ¿realmente necesitamos todos estos productos para cuidar nuestra zona íntima o estamos cayendo en una estrategia de marketing que aprovecha la inseguridad de las mujeres?

Según explicó Molly Gumucio, enfermera especializada en salud femenina de Cleveland Clinic a Bienestar, la clave está en reconocer que la vagina es un órgano auto-limpiante. Esto quiere decir que no requiere limpiezas internas ni productos especiales, pues la propia microbiota y el flujo vaginal eliminan células muertas y bacterias, manteniendo un equilibrio natural.

Lo recomendable es centrarse solo en la limpieza de la vulva —la parte externa— con agua tibia y, si se desea, un jabón suave, sin fragancia y apto para piel sensible.

“Para una salud vaginal, intervienen dos factores inseparables: el pH vaginal y la microbiota. En condiciones normales, el pH se sitúa entre 3,8 y 4,5, creando un ambiente ácido que dificulta la proliferación de bacterias dañinas y hongos. Mientras que la microbiota, compuesta principalmente por lactobacilos, refuerza esa defensa al producir ácido láctico y otras sustancias antimicrobianas.

Por eso, alterar este equilibrio con jabones fuertes, perfumes o duchas vaginales puede abrir la puerta a infecciones recurrentes”.

De hecho, como advirtió la ginecóloga Wendy Gutiérrez, de Clínica Internacional, el Colegio de Ginecólogos y Obstetras ha documentado que las duchas vaginales no solo son innecesarias, sino que se asocian con problemas serios como la vaginosis bacteriana y la enfermedad pélvica inflamatoria, con recurrencias de hasta un 30% en tan solo tres meses.

Mitos más comunes sobre la higiene íntimaSutterstock – Shutterstock

Con esto surge otra gran pregunta: si la vagina se limpia sola y el exceso de productos puede ser dañino, ¿por qué tantas mujeres creen que necesitan jabones especiales o limpiezas extras? De acuerdo con la doctora Paola Díaz, médico general de Sanitas Consultorios Médicos, la respuesta radica en los mitos más comunes sobre la higiene íntima, muchos de ellos reforzados por la publicidad y la desinformación.

“Es necesario usar productos específicos para la higiene íntima”

Existen productos diseñados para la higiene íntima, pero no son indispensables para todas las mujeres. El área íntima tiene un pH naturalmente ácido que actúa como barrera protectora contra infecciones. Usar jabones íntimos de manera excesiva puede, en realidad, alterar ese equilibrio y provocar irritaciones.

De hecho, como advirtió la ginecóloga Wendy Gutiérrez, de Clínica Internacional, el Colegio de Ginecólogos y Obstetras ha documentado que las duchas vaginales no solo son innecesarias, sino que se asocian con problemas serios como la vaginosis bacteriana y la enfermedad pélvica inflamatoria, con recurrencias de hasta un 30% en tan solo tres meses.

“La zona íntima no debe oler”

La Dra. Díaz recalcó que es completamente normal que exista un olor leve producto de las secreciones vaginales. Eliminarlo por completo es imposible y tampoco es necesario. Solo debe considerarse una señal de alerta cuando el olor es fuerte o desagradable y viene acompañado de flujo anormal o picazón; en esos casos, lo recomendable es acudir al ginecólogo.

“Usar protectores diarios todo el tiempo”

Aunque suelen presentarse como aliados de la higiene, su uso continuo puede ser contraproducente: los protectores generan humedad y obstrucción, aumentando el riesgo de infecciones. Lo más saludable es usarlos solo en momentos puntuales, cuando realmente se necesiten.

“La menstruación requiere un nivel extremo de higiene”

Durante la menstruación, la higiene debe mantenerse, pero no hace falta recurrir a medidas exageradas. Según la experta, es suficiente con cambiar las toallas higiénicas, tampones o copas menstruales cada cuatro a seis horas y evitar productos perfumados que puedan causar irritación.

La necesidad de los jabones íntimos depende del contexto y del tipo de producto. Como mencionó Marita Ramos, médica ocupacional de Mapfre Perú, su uso puede ser útil en situaciones específicas como la menstruación, el embarazo, el posparto o cuando existe una sudoración excesiva. Eso sí, deben ser fórmulas diseñadas para respetar el pH vaginal, sin perfumes ni alcohol, y aplicados únicamente en la zona externa (vulva).

Gumucio coincidió en que no es necesario un lavado interno ni siquiera después de las relaciones sexuales, cuando el pH puede variar por el contacto con el semen. En estos casos, basta con una higiene externa con agua y, si se desea, un jabón suave y sin fragancia.

También puede ser útil después del ejercicio intenso, con ropa ajustada o ante la acumulación de sudor y humedad, ya que un lavado externo proporciona frescura y confort. Aun así, lo más recomendable es usar ropa transpirable y evitar prendas húmedas por mucho tiempo.

“Es importante tener cuidado, pues muchos jabones íntimos se promocionan como capaces de “equilibrar el pH” o “reforzar la flora natural”, pero estas afirmaciones responden más al marketing que a la realidad médica. El pH vaginal se regula automáticamente gracias a las bacterias propias, y ningún producto puede reemplazar ese proceso natural”, advirtió el doctor Renato Sánchez, ginecólogo de la Clínica Ricardo Palma.

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