Con el viento y el agua que le azotaban la cara, Pierre Casiraghi (37) llegó feliz y victorioso a la meta, el miércoles 30, en la cubierta del Carkeek 40 Jolt 6, el velero de última generación con el que compitió en la Admiral’s Cup en representación del Yacht Club de Mónaco (YCM). Para el hijo menor de la princesa Carolina, haber participado de la legendaria regata es un sueño cumplido, ya que es considerada una de las más exigentes y peligrosas del mundo, solo apta para navegantes experimentados… y temerarios.
“Sinceramente, todavía no puedo creer lo que hemos logrado. Ganar la Admiral’s Cup en su año de resurgimiento y con la primera participación de Mónaco es indescriptible. No ha habido timonel profesional y esta ha sido la regata más agotadora que he disputado”, dijo Pierre, quien tiene la pasión por los deportes náuticos en su ADN: su padre, el italiano Stefano Casiraghi (a quien, además, se parece mucho físicamente), competía en lanchas off-shore. Fue justamente corriendo el mundial de esa especialidad, en octubre de 1990, que Stefano murió en accidente cuando su lancha, Pinot di Pinot, se tumbó en aguas monegascas. Tenía 30 años.
UN DEBUT DE ORO
Con la participación de quince equipos, Admiral’s Cup 2025, organizada por el Royal Ocean Racing Club del Reino Unido –una carrera histórica que se disputa cada dos años desde 1957 en el sur de Inglaterra e Irlanda, aunque estuvo suspendida desde 2003 hasta ahora–, partió de la isla de Wight el 17 de julio e incluyó pruebas durísimas en alta mar, como la vuelta a Fastnet, una pequeña isla rocosa al sur de Irlanda que es uno de los hitos de la competencia. Suele ser una zona de fuertes tormentas y, en 1979, dieciocho participantes murieron mientras disputaban la regata.
La edición de este año marca el debut de Mónaco, que participó por iniciativa de Casiraghi (vicepresidente del Yacht Club monegasco) y de Peter Harris. Ellos fueron los capitanes de los dos barcos que representaron al país regido por el príncipe Alberto, tío de Pierre.
“El equipo demostró una resiliencia, un carácter y una confianza insuperables. Fue un verdadero esfuerzo conjunto, desde los regatistas hasta la tripulación de tierra. Para Mónaco, esto es histórico. Somos un lugar pequeño, pero acabamos de demostrar que podemos lograr grandes cosas. Espero que esto inspire a la próxima generación de jóvenes regatistas del YCM. Ahora mismo estoy agotado y no me imagino participando en otra regata oceánica en un futuro próximo, pero esta ha sido una experiencia mágica. La Admiral’s Cup es un evento extraordinario, brillantemente organizado y tremendamente competitivo. Estoy muy orgulloso de haber formado parte de ella”, aseguró Casiraghi, que hace poco reveló en un reportaje con la revista Point de Vue que nunca tomó clases de vela y que aprendió “trabajando como tripulante”.
Esta victoria lo encuentra a pocos meses de ser papá por tercera vez. En tierra firme lo esperaban su mujer, Beatrice Borromeo (este viernes 1 de agosto cumplen diez años de casados), que cursa los últimos meses de su embarazo, y sus hijos Stefano (8) y Francesco (7). Para ellos, como para su mamá, Carolina, el mejor premio es verlo regresar a casa.